En la expedición de 1520, al mando de Magallanes, al ver el humo de las fogatas la llamaron Tierra del Fuego. Los indígenas se protegían con el fuego del frío austral, de ahí le viene es bonito nombre a esta tierra preciosa
A sólo 1000 kilómetros de la Antártida
Para compensar no me hizo falta hacer hogueras, encontré personas que me dieron calor humano. Pedro y Ana, Bia y Ana, Soledad y Sebastián, Karina y Delfi, Angeles. Con ellos tuvimos charlas interesantisimas con otro punto de vista de las cosas. Hay que poner el corazón, la cabeza y la atención. Hay otras maneras de hacer las cosas no sólo hay una!!! A veces parece que no es posible, pero sólo hay que buscar, ir un poco más allá, tener los ojos bien abiertos y despiertos. Ecoaldeas, casas de adobe, recilclaje de aguas con sistemas naturales, … aprendí mucho
Pedro y Ana una pareja maravillosa, dos artistas, aquellas personas que por fuera parecen adultos y que dentro tienen el corazón bien joven, luchador y soñador. Me invitaron muy cariñosamente a garbanzos riquisimos como si fuera una más de la familia. Pedro que ha podido dedicarse a lo que ha querido porque en él hubo un adolescente que decidió que viviría del arte y Ana una mujer con una gran sonrisa amorosa. Reí con ellos lo que no está escrito. Que fantástica pareja. Hasta los lobos marinos nos saludaban
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